Desde que nacemos nos enseñan a caminar, hablar, leer, escribir; más adelante, recibimos lecciones sobre como conducir un coche y aprendizajes tecnológicos. Pero ¿Quién nos habla de nuestras emociones y sentimientos? No veo en los libros de mis nietos nada que hable de la importancia de amarse a uno mismo. No parece ser importante para las escuelas enseñarles a sus alumnos como gestionar el amor, el miedo, la ira. Tampoco aprenden mucho acerca de la empatía o de como aceptar a la gente, dejando a un lado los juicios y las críticas.

Y la vedad es que todos, en mayor o menor medida, opinamos y juzgamos, se nos pregunte o no. Muchas veces ni siquiera somos conscientes de ello. Formamos juicios acerca de otros, de su estilo de vida, se su posición laboral, de su apariencia física… Y no solo juzgamos a otros, sino también a nosotras mismas haciéndonos mucho daño.  A veces dudamos de la fuerza que en realidad tenemos para conseguir lo que nos hemos propuesto, y por eso retrasamos en el tiempo proyectos, metas y sueños. Yo misma he llegado a retrasar durante, mucho tiempo cosas que he deseado por varias razones. En otras palabras, por no darme el tiempo, por no ver mis prioridades y por estar ocupándome en las necesidades de otros. Siempre esperando el momento que pueda ser mas propicio que otro, pero eso no quiere decir que tengamos que demorarnos eternamente percibiendo limites donde no los hay, y si existieran, siempre podemos aprender como superarlos o si se trata de excusas aprender a vencer el miedo que las enfrena. 

Todas y cada una de nosotras tenemos el poder de comprometernos con nosotras mismas y transformar una idea en magia. Estoy convencida de que a lo largo de nuestras vidas todas hemos conseguido objetivos que en un principio imaginábamos inalcanzables. 

Estudiar, vivir en otro país, aprender un nuevo idioma o realizar algún trabajo determinado… cualquier proyecto de vida por muy insignificante que parezca puede llegar a convertirse en un logro increíble.     La clave está en encontrar lo que de verdad nos apasiona para que el camino se haga más fácil. Al estar motivadas, será más sencillo afrontar los miedos, cuando la disciplina y la determinación aparecerán por si solos.  Ser y sentir quienes somos realmente y lo que queremos nos trae de vuelta una pieza importante a nuestra vida que estaba perdida u olvidada.  

Recuperar nuestra confianza y observar el mundo desde otra perspectiva diferente nos ayuda a comprender que nosotras somos las únicas responsables de ser o no felices, y que el primer paso para conseguirlo es la reconexión con una misma. Podemos permitirnos extender los brazos y volar alto, liberar nuestra autenticidad y aprender a dejar ir nuestras barreras emocionales, sean cual sean.

 La regla de tres para liberarte emocionalmente 

• Identificar que clase de creencias has creado que te impiden definir que es lo que quieres realmente y como conseguirlo.
• Dejar ir todo aquello que ya no necesitas, que te limita, liberándote del equipaje que no te corresponde.
• Transformar antiguas creencias y hábitos, trayendo a tu vida las emociones verdaderas a tu corazón. 

Hasta la próxima